Educación respetuosa
¡Hoy están insoportables!
Todo comenzó en la cola para pedir comida preparada del Ikea. Los niños no paraban de tocar las galletas y los paquetes de patatas fritas que estaban tan bien expuestos a lo largo de toda la cola. Fueron capaces de encontrar 3 paquetes de galletas abiertos y uno de patatas con un agujero… Por supuesto, los intentos de coger galletas y patatas no fueron pocos…
Cuando se olvidaban de las galletas y las patatas se ponían a «jugar»: Se agarraban por el cuello, abrazados, y tirando cada uno para un lado estando a punto de perder el equilibrio cada 5 segundos….después se peleaban de mentira, con la correspondiente risa y «flojera» que les hace tambalearse de lado a lado y no mirar dónde ni qué pisan. De repente se soltaban y empezaban a perseguirse el uno al otro corriendo entre la gente, o haciendo círculos a mi alrededor, o colgándose de esas cintas extensibles que ponen para indicar el trayecto de la cola y que se sostienen con unas bases que pesan demasiado poco para niños como los míos. En 5 minutos habían empujado dos veces a la señora de delante y pisado a la de atrás. ¡ARRRRRGGGGG!
Yo, que cada vez iba poniéndome más nerviosa, sólo sabía decir estas frases tan originales: «Estaos quietos… No hagáis eso. Vale ya. No toquéis. Cuidado que le vas a hacer daño a alguien. Comportaros de una vez». Me estaban entrando ganas de abandonar la cola y marchar a casa, pero ya no nos daba tiempo de comer en casa porque en poco rato teníamos que estar en otro lugar. La mejor opción era terminar la cola como pudiéramos…..¡Uf! Suspiro, agobio, confusión ¡¿Para qué se me habrá ocurrido a mi venir aquí?! Enseguida vino a mi mente la frase con la que he titulado este artículo: ¡Es que hoy están insoportables! …. Pero entonces me acordé…..
¿Quién está insoportable? ¿Ellos? ¿Seguro…? Por suerte (o por desgracia, quién sabe lo que es bueno y lo que es malo) he desarrollado la capacidad de ver muchísimas situaciones con mis hijos desde fuera, como un mero espectador. Cómo si estuviese observando una obra de teatro puedo darme cuenta de lo que está sucediendo «en realidad» (si es que la realidad existe). Muchas veces lo veo al instante, algunas otras lo veo cuando la situación ya ha pasado. En este caso, estaba en medio de la situación….
Esa «insoportabilidad» que había visto en mis hijos era la mía propia. Yo era quién llevaba más de una semana insoportable, y sin ánimo de menospreciarme ni mucho menos….. permíteme que me expliqué a que me refiero: Durante la semana de antes a encontrarme en la cola del Ikea con mis hijos, mi cabeza no ha parado de dar vueltas a unos cuantos asuntos, a unas cuantas decisiones que debía tomar, a muchísimas variables que necesitaba tener en cuenta para unas cuantas situaciones… Y todos estos pensamientos eran cíclicos, los temas no se cerraban, no encontraba ninguna solución, no tomaba ninguna decisión. Si en algún momento pensaba en que algo era blanco, al cabo de media hora creía que era negro. Y luego vuelta a empezar. Había permitido que mi mente tomara el control de mí misma y se sumiera en un sinfín de preocupaciones.
Yo tampoco estaba insoportable, lo que no estaba era presente. Durante muchos momentos durante el día estaba absorbida por mis pensamientos. El agobio por esas cosas en las que pensaba había ido creciendo en la última semana, era insoportable seguir pensando en ellos. Así que, allí, en la eterna cola y con los niños repitiendo una conducta cíclica, nerviosa, agitada….me dí cuenta de que lo que me estaba mostrando esta situación era que lo que no soportaba más era seguir dándole vueltas a estos asuntos que me mantenían preocupada pero me robaban tiempo para ocuparme de lo que ahora tenía que hacer. Me dí cuenta que ya no soportaba seguir dándole vueltas a mi cabeza. Así que tan pronto como me tomé conciencia de eso tuve acceso a otro tipo de frases, respuestas y herramientas para intentar llevar la situación en la cola del ikea con mis hijos de otra manera.
Todas las situaciones que vivimos con nuestros hijos (y en la vida en general) son oportunidades para tomar conciencia de nuestro grado de presencia, de nuestro equilibrio y paz interior….y de recuperarlos en caso de darnos cuenta que las habíamos «perdido».
Lograrlo requiere practica, entrenamiento, y requiere preguntarse a menudo: «¿qué hay en mi de esta situación? ¿qué tiene que ver conmigo?» puesto que si algo está ocurriendo en nuestra vida, sin duda tenemos algo que ver nosotros. Yo aprendí a hacerlo con el primer curso para padres que tomé (como el que ahora imparto yo, jejejeje).
Durante esta semana que había estado tan absorta en mis preocupaciones, estaba irritable y agobiada. En el fondo sabía que era yo, pero la energía de mis hijos me molestaba. Ellos estaban bien, muy bien, y ni siquiera habían tenido días parecidos al momento de la cola del ikea, pero a mi me molestaba todo. En el fondo lo sabía, pero me había desconectado y estaba permitiendo que mi mente y sus pensamientos incesantes me dominaran…y con ello, me permitía reaccionar en piloto automático.
Cuando esto ocurre no podemos ver las situaciones con nuestros pequeños de un modo objetivo y proyectamos en ellos nuestros malestares internos. Es natural, lo importante es ir tomando conciencia poco a poco de estos mecanismos.
¿Te ha ocurrido alguna vez el haberte dado cuenta que estabas «acusando» a tus hijos de «algo» cuando en el fondo eras tu la primera que estaba así?
Si quieres que te ayude en el camino de la educación consciente, recuerda que ya están abiertas las prescripciones para el Curso Educa y Crece y para el programa Próxima estación tu bienestar.
¡Gracias por compartir este artículo!
5 Comentarios
Cristina
Muy buen articulo!!!
Pero cuentanos al final que hiciste para lograr superar la situacion de la mejor manera posible!!
Saludos desde Hamburgo
Nuria Ortega
AH!!! Jajajajaja. Pues bueno sobretodo aceptar. Aceptar que me había desconectado, que todo me molestaba, que me sentía irritable, aceptar la lentitud con que avanzaba la cola, las ganas de jugar de mis hijos, mi mala decisión de ir a comer allí….Rendirme a lo que de verdad estaba sucediendo. Después, como me relaje, se me empezaron a ocurrir cosas y, por ejemplo pedí a mis hijos si podían reservar una mesa, si me hacían el favor y se acercaban a tirar un papel a la papelera… Ellos también se relajaron y decidieron hacer turnos para vigilar la mesa dónde nos íbamos a sentar, y un rato venía uno conmigo a la cola y luego venía el otro. Y así se pasó el resto del tiempo, con los típicos «tengo hambre mamá, cómo tardan!» pero nosotros contentos y bien avenidos. 😉
Gracias por escribir Cristina! Un abrazo.
Mariangel
Hola buenas tardes, es q en verdad yo pienso igual..q estaban insoportables, pero al final ellos como niños q son sólo estaban jugando y para ellos no hay un sitio para cada cosa? O sea q está bien q sin querer empujen a la señora, o en sitios así debemos tratar de controlarlos? Me explico si en el supermercado mi hija arma un berrinche pq quiere unas galletas o se quiere ir, q debo hacer? pq si ella me está irritando (pq no es el lugar el momento o lo q sea; ya q tengo q hacer la comrpa sí o sí) el problema pq es mío?. Estoy espesa y no entiendo mil cosas pq apenas estoy empezando a investigar sobre el tema de las emociones y como gestionarlas, mi niña tiene 10 meses y hay momentos q me vuelve loca, una terapeuta me dijo q la falta de paciencia q tengo con la niña es falta de paciencia conmigo misma. Es como lo q usted escribió de q «en serio los insoportables eran ellos o yo?, q quiere decir q tenemos q controlar bien el estrés y lo cotidiano q nos molesta para cuando los niños nos vayan a desbordar saber atajar la situación a tiempo?
Lo q no entiendo es q si yo estoy cocinando y ella llora pq quiere q la agarre en brazos y yo me agobio de oirla y me refiero al llanto q para automáticamente cuando la agarras, el q no es por hambre, por sueño, por pañal sucio, sino pq quiere sentirse segura, quiere afecto, etc, pero yo tengo q cocinar pq nadie más lo va a hacer…entonces claro q me estreso por la comida por la niña pq no cubro todos los frentes y me gustan las cosas bien hechas, será impotencia entonces lo q siento de no tener todo hecho y poder estar con la niña?..O es normal q me estrese y como usted solo tengo q aceptar q tengo q cocinar con el tímpano reventado o no comer? No siempre puedo cocinar en otro momento pq puede pensar y tienes q cocinar con la niña allí, sí..estamos juntas 24 x 24, y los ratos q duerme si me pongo con mucho movimiento en la cocina se despierta, escribiendo este msj se despertó con ruido del teclado en el ordendor jajaja….Gracias y un saludo
Nuria Ortega
Hola Mariangel! Hay tantas preguntas que nos hacemos las madres y queremos siempre encontrar lo mejor y lo más correcto pero a veces no se puede, simplemente. Lo que la terapeuta te comentaba se refería a las proyecciones que hacemos. Con los niños tenemos la gran oportunidad de verlas muy claramente y descubrirlas nos ayuda a tratarnos mejor a nosotros mismos, a ser más pacientes y menos exigentes con nosotros mismos. Cuando cambiamos la relación que tenemos con nosotros mismos cambia la relación con los demás sin darnos ni cuenta. En el caso de la paciencia ¿en qué situaciones no eres paciente contigo misma? ¿Podrías darte el permiso de permanecer en esas situaciones sin tener que resolverlas? Seguramente te exiges mucho a ti misma y eso te conduce al estrés en las situaciones con tu niña.
¿Qué hacer en el supermecardo? ¿Qué hacer cuando debes cocinar y la niña llora? No existe una respuesta correcta pero te diría que no dejes de hacer nada al mismo tiempo que sientas comprensión por lo que le sucede a ella; por ejemplo, en mi caso de la cola en que estaban molestando a la señora: al tiempo que comprendo que son niños y que para ellos todos los lugares son buenos para jugar busco una solución creativa para conseguir entretenerlos y ofrecerles juegos para que no molesten a las demás personas en la cola.
En el caso de cocinar cuando tu niña llora porque quiere que la cojas, pues puedes comprender que ella necesita esa seguridad como bien dices (que es una necesidad a cubrir como necesidad de alimentación) y su manera de expresarlo es con el llanto pero que también necesitáis comer comida cocinada y no siempre puedes cogerla, y entonces desde este punto puedes buscar una solución creativa como llevar juguetes que le gusten a la cocina, hablarle sobre lo que estás cocinando, sentarla en una trona cerca de ti….y cogerla cuando puedas y cuando no puedas no cogerla….sin más.
Y te lanzo una pregunta ya que estás con ella 24×24 …¿qué haces para cuidarte? ¿cuantos momentos al día o la semana dedicas a hacer actividades de ocio o bienestar? Creo firmemente que cuanto más nos cuidamos las madres mejor podemos cuidar a los demás (con más paciencia y empatía) pero primero necesitamos ofrecernos esa empatía y esa paciencia a nosotras mismas.
Muchas gracias por compartir tus inquietudes.
Un abrazo fuerte!
Ana Reyes
Gracias Nuria,
Deseo que su quehacer profesional siga siendo muy exitoso. Llegando a cuantas personas pueda ayudar.con sus consejos profesionales y recomendaciones.
Me parece muy útil todo lo que ha dicho.
También hay que decir que dependerá de la personalidad de cada niño y niña sus reacciones. Ciertamente, algunas recomendaciones no podrán ser igual de útiles en todos los casos, ya habrán excepciones de acuerdo a características de personalidad o condiciones orgánicas especiales que son identificadas, en edades más adelante del desarrollo. Como usted bien señala, la mayor tarea de los padres y madres es ir conociendo a sus hijos ehijas.
Quizá Mariangel debe tomar en cuenta, que su hija de solo 10 meses tiene unas características temperamentales que le llevan a demandar más… ya con más edad lo irá notando de mejor manera. Si fuera así, la buena noticia es que habrán estrategias para gestionar. Por ahora,.. respira!